En esta etapa fortalecemos las bases del aprendizaje formal. Los niños desarrollan habilidades de pensamiento lógico, lenguaje y motricidad fina, mientras aprenden valores como la cooperación y la responsabilidad. A través de proyectos y experiencias significativas, despiertan su amor por aprender y su confianza en sí mismos.
Los niños inician el reconocimiento de letras, sonidos y números. A través de juegos y actividades creativas, aprenden conceptos básicos que preparan su camino hacia la lectoescritura.
Fomentamos la independencia en las rutinas diarias y la toma de decisiones. Los niños aprenden a cuidar sus materiales, ordenar su espacio y ayudar a sus compañeros.
El arte, la música y el juego de roles fortalecen la imaginación y la autoestima. Cada niño descubre su voz y aprende a expresarse con confianza.
Cada niño es único. Por eso, nuestros docentes y psicopedagogos acompañan de forma individual el progreso de los estudiantes, identificando fortalezas y oportunidades para potenciar su desarrollo emocional, cognitivo y social.
Lucía está feliz en Pre-Kínder. Cada día llega con una historia nueva, letras que reconoce y canciones que canta con orgullo. Se nota el compromiso y cariño del equipo docente.
Nos impresiona cómo Matías ha crecido en confianza y autonomía. Ahora participa más, ayuda a sus compañeros y disfruta aprendiendo. Realmente es un lugar que educa con amor.